Dar un zapatazo es un acto desagradable, violento y poco elegante, como una defenestración o un bofetón, pero cuando se hacen símbolo histórico, son encantadores. Nos hacen a muchos sentirnos protagonistas del hecho, sin sufrir sus efectos (nada gratos), pero partícipes de la voluntad del agresor; y es que el hombre sencillo y bondadoso, no desea mal a nadie, pero ... un buen zapatazo... ¡Qué bien merecido se lo tienen los que han sembrado muerte y destrucción en nombre de una "bella" mentira!
No puedo resistirme a verlo una y otra vez, aunque este sumo placer se ve empañado al pensar en el pobre joven periodista que tuvo tal extraordinario atrevimiento:
También puedo entender ciertas reacciones:
Reacciones al zapatazo
Esperemos que los zapatazos se hagan populares, y dejen paso a las bombas. Son simbólicos, divertidos, y más saludables a todos, salvo para el dueño de los zapatos, pero ser héroe tiene un precio.
